Autor: "El Harley"
"Iba un buen día vendiendo tortillas en moto;
pero me cae de madres, la puta suerte: se me poncha una pinche llanta. Así que
le pedí paro a otro bato que también andaba en chinga, vendiendo tortillas,
para que me llevara a parchar el neumático. El bato se rifó y me hizo el paro
de llevarme y traerme y después, le monté la llanta y nos fuimos a echar unas
chelas mientras la puta tortilla se enfriaba.
"Pero nada más nos reventamos unas cuantas
chelas porque en la tarde había reparto, así que le dije que en la noche nos
podríamos echar otras frías y él me dijo que simón.
"Así empezó la amistad con Obed, el bato era
buena onda pero tenía un defecto: le gustaba andar la moto a rompemadres y como
yo tenía rato sin manejar, me dijo que me iba a enseñar a manejar chido y le
dije que simón. Él iba con su chava cuando le dije que sí, pero como ella era
un puto desmadre, empezó un cotorreo diferente porque en vez de ir a vender tortillas
en la mañana, íbamos a aventarnos unos cuantos bolsazos y toda la mercancía la
llegábamos a vender bien barato. Claro que a eso no le tomábamos importancia,
como ya había dinero de los atracos, nos valía madres que nos corrieran de la
tortillería.
"Pues un día sí nos corrieron y nos valió
madres, nos fuimos caminando todo el libramiento norte buscando dónde nos
dieran trabajo.
"Mi camarada me dijo que le quitáramos la moto a
un bato que se había parado en un semáforo. De ver que el tiro estaba fácil,
Obed se paró y le dejó ir un rocazo en la frente mientras yo me bajaba de la
moto. Después nos fuimos a cotorrear mientras al pobre ruco le quedaba
sangrando la cabeza y nosotros, a lo lejos nos reíamos porque ya le habíamos
bajado la moto.
"Me quedé observando cómo gritaba pidiendo
auxilio, hasta que lo perdí de vista. Fuimos directamente a vender la moto,
estuvimos dándole vueltas por cualquier lado y nada. Entonces pensamos en
pintar la moto. Fuimos a comprar unas latas de pintura roja y negra y nos
fuimos a mi casa para pintarla. Llegamos y nos pusimos a escuchar algunas rolas
mientras Obed pintaba. Le ayudé para acabar rápido y así, tener tiempo para ir
a robar. Ya sólo estábamos esperando a que secara. Nomás escuchaba pasar las
patrullas mientras las rolas estaban a todo volumen.
"-Ahorita que se seque, nos vamos aventar unos
cuantos atracos— dije.
"-Simón— respondió.
"En esas estábamos cuando un taxi se paró frente
a la casa y mi cuate me silbó porque estaba hasta el fondo y con el modular a
todo volumen, no escuché nada.
"-Hay una chava preguntando por ti.
"Le dije que la dejara pasar y él asintió.
"-Qué onda ¿No que te habías ido a
pasear con tus papás?
"Ella no contestó y yo, para mis
adentros pensé: ‘chale, por qué no se fueron, mis planes para hoy tendrán que
esperar’.
"-La moto ya quedó, camarada—
comentó entusiasmado —Vámonos ya.
"-Espérame un tantito, voy a hacer
un mandado y regreso— Le dije a mi nena.
"-No te vayas a tardar mucho—
Respondió ella, dándome un beso.
"Me subí, encendí la moto y nos
fuimos. Íbamos pensando en dónde robar primero, me fui todo el libramiento
hasta llegar por Chapultepec. Yo iba tranquilamente viendo a las personas y
observando a quién podíamos robarle. Pasamos frente a unos chavos que andaban
sentados en la banqueta, no nos tardamos en dar la vuelta y me paré enfrente,
preguntando la hora, mientras Obed se bajaba de la moto.
"-Al que se mueva, le pondré unos
cuantos fierrazos— Advirtió mi compa.
"-No nos hagan daño— Suplicaron
ellos.
"Todos nos pasaron sus
pertenencias, mientras yo esperaba arriba de la moto. Obed se subió y me dijo
‘vámonos ya’. Arranqué enseguida y nos fuimos al terreno, a ver las cosas que
les habíamos quitado.
"Eran tres celulares, dos anillos
y trescientos pesos en efectivo. Nos repartimos las cosas y fui a dejar a mi
compadre a su casa. Iba manejando rumbo a mi casa, diciendo:
-Ya tengo algo chido; será otro
día que venda la moto, mejor iré a dar una vuelta con mi chava."
Escrito publicado en el libro: Desde la
Cárcel te cuenta un Adolescente. (2009).
México: Proyecto DIFA, Alternativas y
Actualización, Asociación Civil/INDESOL, pp. 49-50.