ARTE EN RECLUSIÓN



Uno de los sectores más vulnerables que conforman el desgastado tejido social de hoy en día corresponde a los adolescentes, son ellos los que no tienen un lugar definido en la sociedad; la falta de oportunidades y la falta de atención, así como la exclusión de la que son objeto por parte de las instituciones, hace más proclive que se alíen con grupos o personas (por lo general vinculadas a actividades delictivas) que les brindan ese lugar del que carecen. 

Empero, que ese grupo les dé un lugar no los incluye en las estructuras sociales regulares, al contrario, es porque forman parte de ese grupo delictivo que la sociedad los segrega, convirtiéndolos en “residuos humanos” y separándolos en “vertederos urbanos”, tal y como lo menciona Zigmunt Bauman.

Tal situación en la que se ven involucrados los adolescentes infractores invita a la reflexión, ya que el castigo, como medio para readaptar a un joven, no basta, al contrario, impide que la posibilidad de que ellos encuentren un camino diferente al de delinquir, se abra. Asimismo, "claro está que en estos espacios de reclusión se carece de toda posibilidad de escucha, por ello, la creación de los [Grupos Terapéuticos de Reflexión] GTR tiene como propósito abrir dichos espacios que posibiliten la re-flexión para que el adolescente infractor postergue el acto, así como encontrar una mediación simbólica que pueda dar cauce a una manifestación más creativa. No se trata de disolver la agresividad y la violencia porque, primero, no estamos seguros de que esto sea posible y, segundo, no creemos que sea lo más conveniente, más bien se trata de reconducir dichas tendencias hacia manifestaciones de sublimación social. [...]

Sin duda, estas expresiones están muy encaminadas a convertirse en alguna creación artística, no pudimos dejar de valorar el mérito de las producciones y sobretodo porque en el centro de reclusión no cuentan con materiales que les puedan proporcionar para tal fin, pues, por un lado, las reglas de restricción les impiden tener lápices y, por otro, las paupérrimas condiciones en que la institución se encuentra, con respecto al tipo de aportaciones a los muchachos, impide proporcionarles cuadernos, hojas, crayolas, en fin, materiales simples que podrían permitir esta creación. Así fue como ellos utilizaron los residuos que se agenciaron de algún lugar para realizar sus producciones –incluyendo grabados en pedazos de madera donde realizaron dibujos–, de manera que el mérito era doble: había algo valioso en lo que habían plasmado ahí y, además, la falta de disposición del material les implicaba un mayor esfuerzo". Flores, A. (coord.). (2011). “Adolescentes en conflicto con la ley ¿Lo residual del sistema?" Ciudad de México: Grupo Metonimia, p. 330-331, 319.



¡Participa en este foro de discusión y reflexión que contará, también, con la participación de los autores de los escritos y de los dibujos!



No hay comentarios:

Publicar un comentario